Las culpas absolutas

Las culpas absolutas

Las culpas absolutas



Francisco Martín Moreno
en REFORMA

01 Dic. 2020


A Alberto López de Nava,
el hermano muerto.

 
Cuando Karl R. Popper, ese genial filósofo inglés, declaraba: "Ya sé que me repito, lo único malo es no poder repetirme con las mismas palabras", le asistía toda la razón. Yo, por mi parte, insisto en la inexistencia de las culpas absolutas, es decir, ¿dónde termina la culpa de AMLO ante el escandaloso y temerario desastre de la 4T y comienza la patética responsabilidad de una sociedad civil en apariencia inerte, pasiva y resignada a suerte?

No intento resumir en este breve espacio las catastróficas decisiones tomadas por López Obrador, mismas que pueden provocar la ruina económica, sanitaria y social de la patria, no, de suyo es sabido que ya antes de su toma de posesión paralizó al país y a los inversionistas extranjeros, al cancelar el NAICM por medio de una consulta espuria e ilegal. La ominosa señal lanzada Urbi et Orbi fue criticada por el Financial Times como "la peor estupidez de un presidente". Las consecuencias no se hicieron esperar, entre otras razones, cuando en 2019 se desplomó el crecimiento económico de México a menos de "cero" con su siniestra estela de daños de diversa naturaleza.

La responsabilidad de la sociedad comienza desde el momento en que llegamos, según los datos oficiales, a más de 100,000 muertos por el Covid y más de un millón de infectados, datos falsos por cierto, según declararon los 5 ex secretarios de Salud, ya que dichas cifras deberíamos multiplicarlas por 3 y, sin embargo, pocos o nadie protesta, ante la falta de vacunas de diversa naturaleza, y de quimioterapias que ya produjo la muerte de casi 2,000 pequeñitos enfermos de cáncer en los hospitales públicos, en donde, además, mueren más del 50% de los pacientes que ingresan a dichos nosocomios, por lo que me pregunto, ¿dónde termina la culpa de López-Gatell y comienza la de AMLO?

Sabemos de 70,000 homicidios dolosos solo durante la 4T, de 10,000 desaparecidos y de 11 mujeres asesinadas al día y nadie parece alarmarse ante el avance del crimen organizado que cada 80 días priva de la vida a un alcalde y cotidianamente avanza incrustándose en el tejido social y político. ¿A dónde llegaremos si los narcotraficantes se van apoderando del país y se les combate con "abrazos y no balazos" y los crecientes cobros de "piso" desquician y aterrorizan el comercio formal? ¿Cuándo reaccionará la sociedad aletargada a pesar de que está en juego la propia vida, el valor supremo?

La sociedad no protesta al descubrirse las atroces corruptelas de la 4T ni cuando se avecina la peor crisis económica padecida en los últimos 100 años, de la que, tal vez, tardaremos décadas en salir. No hemos visto una marcha callejera masiva en Villahermosa, Tabasco, por las terribles inundaciones provocadas por la irresponsabilidad oficial. ¿Sabrán la razón? ¿A pesar de todo votarían por Morena en las próximas elecciones intermedias? ¿Sabrán de la desaparición de nuestros organismos autónomos y de la gradual extinción de nuestra democracia que nos retrocederá al esquema del siglo XIX para convertirnos, de nueva cuenta, en el país de un solo hombre? ¿Cómo calificar a un gobernante que prácticamente controla los 3 Poderes de la Unión? ¿Cómo despertar a nuestra sociedad, sacudirla por las solapas, zarandearla, cuando nos acercamos a una velocidad meteórica al abismo, mientras aquella parece disfrutar el sueño de los justos?

Una sociedad entumecida, somnolienta, incapaz de protestar y de organizarse ante la presencia de la adversidad, entendida históricamente como el arribo de una nueva forma de cruel despotismo, tendrá que enfrentar las consecuencias de su inmovilidad y no solo pasaremos a la historia como la "generación de la vergüenza" al haber electo a López Obrador, sino habremos de enfrentar los justificados cargos de nuestros descendientes, al no habernos opuesto oportunamente a sus decisiones orientadas a destruir y dividir al país en todos los órdenes de la vida nacional.

En el 2021 tenemos la última oportunidad para saber de qué estamos hechos los mexicanos y en el 2022 deberemos revocar el mandato de AMLO o resignarnos a ver a México otra vez convertido en astillas. ¿De qué estamos hechos? ¿Somos la generación de la vergüenza?

 
@fmartinmoreno